viernes, 1 de febrero de 2013

Hasta aquí me ayudó el Señor!

¿Cuál es nuestra reacción cuando te encuentras frente a una dificultad o problema?

Con certeza, muchos de nosotros nos afligimos, vivimos preocupados, viendo el lado más complicado de las cosas y nos olvidamos de aquello que hemos vivido, nos olvidamos de como Dios siempre fue fiel a su Palabra y él siempre está cuidando de nosotros. 


Cuando Dios había dado la victoria al pueblo de Israel contra los Filisteos, Samuel tomó una piedra y la puso entre Mizpa y Sen y la llamó "Ebenezer", diciendo hasta aquí nos ayudó el Señor.


Esta piedra tendría un significado muy importante para el pueblo de Israel, pues podían pasar los años, pero cada vez que el pueblo veía esa piedra recordaba las maravillas que Dios había hecho y la victoria que les había dado. Esto era un motivo de alegría, pues ellos sabían que hasta ese momento Dios les había ayudado y sabían que podían seguir confiando en aquel Dios poderoso de sus padres.


De igual manera, nuestras vidas deben tener siempre presente todas aquellas victorias que Dios nos ha dado durante nuestro vivir, pues a través de éstas podemos inyectarnos de fe y decir que Dios nos ayudó en otros tiempos en circunstancias difíciles, que él nos libró de tantas cosas y que ahora Él también puede hacer los mismos milagros que hizo antes.



Dios no cambia, Él es el mismo ayer, hoy y siempre y es fiel a su Palabra... Solo tenemos que creer, no dejar que los problemas o dificultades sean los monstruos que nos impiden avanzar, por el contrario, veamos los problemas siempre teniendo en nuestros corazones aquello que Dios ha hecho por nosotros y sabiendo que en Cristo somos más que vencedores...

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